el amor deja de apagar ojos,
y podemos ver sus propios
apagados ojos.
Roza nuestras pestañas
del cráter un humo frío;
solo una vez contuvo el aliento
el horrible vacío.
Hemos visto los ojos muertos,
y olvidando nunca.
El amor es persistente
y no nos reconoce nunca.
De "El tiempo postergado"
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