11.11.15

Annemarie Schwarzenbach. Todos los caminos están abiertos

Nos habían hablado de las carreteras de los Balcanes, y me resultaría fácil y grato escribir un capítulo acerca de ellas, ahora que nuestro Ford ha vencido todas las dificultades y, en la cubierta del vapor turco Ankara, bordea la costa de Anatolia. En nuestro mapa figuraba una «carretera internacional» que conducía de Trieste a Belgrado pasando por Zagreb, de Belgrado a Sofía y desde Sofía directo hasta Estambul. Cierto, tal carretera existe. Al dejar atrás la capital de Yugoslavia hay ochenta kilómetros de asfalto, desde Luleburgaz hasta Constantinopla incluso más de cien, y largos tramos en construcción, lo que debería servirnos de consuelo. No obstante, en los trechos donde había obras la carretera acababa para nosotras y conducíamos campo a traviesa.


Principio de "Todos los caminos están abiertos"

No hay comentarios: