De pie a trescientos metros por encima del mar, qué aspecto tiene mi idólatra reflejo, con los peces de la muerte nadándole en el pelo? Ascienden perlas y burbujas desde el fondo del océano: qué hermoso nudo corredizo forman para mi muerte, último adorno del amor a mí misma: en torno a la espantosa visión bailan en corro.
De "En Grand Central Station me senté y lloré"
No hay comentarios:
Publicar un comentario