Viniendo de la Radetzkystrasse, en los días de octubre en que el tiempo es bueno, puede verse junto al teatro municipal un grupo de árboles que relucen al sol. El primero de ellos, que destaca sobre los cerezos de color rojo oscuro que no dan fruto, está tan encendido por el otoño que parece una antorcha dejada caer por un ángel. Ahora está ardiendo y ni el viento otoñal ni la escarcha lograrán apagarlo.
Principio de "Años de juventud en una ciudad de Austria"
uno de los relatos del libro "A los treinta años"
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