12.10.18

Mercedes Pinto. Éxodo

No quiero hablar de muertes,
de éxodos ni dolores;
no quiero hablar de penas;
no quiero hablar,
porque las llevo dentro de mí como una carga,
como una carga horrible y como un sello
que horadase inclemente mi alma.

Quiero cerrar con llaves
de férreas recidumbres,
el sarcófago frío
donde duermen sus sueños funerales
todas las ansias de mi triste vida.
Cuanto en el mundo amé, fue destrozado;
cuanto quise con fuerza, fue barrido
por el viento feroz de la desgracia;
miré a una flor, y se secó al instante;
miré al sol, y los negros nubarrones me quitaron su luz;
fui a beber agua en el limpio arroyuelo de la vida,
y lo sorbió la arena,
dejándome la sed en la garganta...
Y cuando en un corazón encontré amparo,
al apoyar el mío en su regazo,
se fue desmoronando poco a poco...
que era de arcilla...!
Por eso quiero descargar el alma
de tantas penas,
y cantar y reír
con las mejillas hundidas en las rosas de la huerta,
que absorban todas las lágrimas
que manen de mis ojos
como un rocío...
Por eso quiero retozar y bailar con las muchachas,
allá en el campo,
y taparme la cara con el velo de alguna novia,
y beber mucho vino,
que resbalando sobre mi falda
forme guirnaldas, flores y adornos,
sobre esta túnica que es mi mortaja...
Música, cantos, vino y guitarras!
Voces alegres, risas y baile!
Y cuando venga la negra idea de algún recuerdo,
pueda, borracha,
con las dos manos estrangularla...!



De "Cantos de muchos puertos"
   

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