Pocas veces se insinúa que las dos Emily, Jane, Christina* y las demás vivieran así porque esa era la única manera de conseguir el tiempo y la concentración necesarias para escribir. Lo extraordinario de las mujeres escritoras del siglo XIX no es que fueran tan pocas, es que hubiera alguna.
*[Emily Brontë, Emily Dickinson, Jane Austen y Christina Rossetti]
De "La maldición de Eva"
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