19.1.19

Sharon Olds. Acusación de oficiales superiores

En el vestíbulo sobre el hueco de la escalera
mi hermana y yo nos reuníamos por la noche,
ojos y cabellos oscuros, cuerpos
como gemelos en la oscuridad. No hablábamos de
las dos personas que nos habían llevado
hasta allí, como generales,
por sus propias razones. Nos sentábamos,
camaradas
de guerra, su cuerpo vivo como la prueba de mi
cuerpo vivo, de espaldas a la enorme
brecha de obús de las escaleras, que
tendríamos que atravesar, sin saber nada más
que lo allí aprendido,
         así que ahora
cuando pienso en mi hermana, los orificios
de las jeringas
en sus caderas y en los pliegues de sus codos
y las marcas de las últimas palizas de su marido
y las cicatrices de las operaciones, siento la
rabia del soldado que vela el cuerpo de
alguien mandado a primera línea del frente
sin adiestramiento
ni armas.


De "Satán dice"
     

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