"Si llegamos a eso", dijo, "no habrá modo
de impedirlo".
Así habló mientras yo escuchaba. Había entendido bien,
al oírle?
"Si llegamos a eso", así lo dijo, y,
como si hablara
consigo mismo, siguió con que no habría modo
de impedirlo.
Eso sacó en conclusión, diciéndolo en un
modo lento de
llegar a ello, fuera cual fuera el punto al que
se hubiera llegado antes
de no impedirlo-y como si tal cosa
fuera para él
lo impensable, y prevaleciera, si a ese
punto se llegaba.
Y escuchando con más atención ahora
lo que dijo,
comprendí que si nadie le hacía caso,
sería como si
no lo hubiera dicho-si a eso se llegaba-y
entonces no podría
impedirse que cayera en fuerzas sobre las que sabía que
no les interesaba mucho
lo que él decía, aunque lo hubieran oído, por
ser lo bastante
astutas y contundentes como para cerciorarse de que
se llegaría a eso.
De "Si llegamos a eso"
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