Cómo eres capaz de sostenerlo todo, María? -Le pregunto a mis amigas-. Me parece sorprendente y maravilloso que sigáis pensando en los hombres, y escuchándoles, y teniendo niños, y manteniendo la casa y yendo tras ellos. Ay, yo nunca he sido así.
Y al principio a ellas les agrada mucho eso que les acabo de decir, pero luego insisten demasiado en lo maravillosa que es su vida de mártires y en lo que una se está perdiendo por no vivir la misma vida que ellas, cosa que acaba generando casi siempre que tenga problemas con mis amigas casadas, y también con aquellas que viven libremente y sin casarse con el que ellas han elegido, y por dos motivos, porque a veces me gusta demasiado el que han elegido, pero peor, porque es más problemático, porque a veces no me gustan nada, y porque pienso que es maravilloso que las mujeres sean en realidad tan amables y tan poco egoístas. Aunque también entiendo que no les queda más remedio; si quieren tener a un amante esposo e hijos, y una casa, no les queda más remedio porque no hay otra forma de hacerlo, y si no lo haces así lo más probable es que te quedes para vestir santos y envejezcas sola. Amén.
De "Las vacaciones"
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