Debo admitir que los momentos, los meses, los años, incluso, fueron mágicos. Páginas vueltas, plegarías que atender y personas a las que convocamos. Estás ahí? La luna transformaba el campo hasta que llegaba la plateada alba teñida de azul lavanda.
Y sin embargo, en las viejas páginas de los días y las semanas se ven las manchas marrones que han dejado las tazas de café, y siento que me disuelvo agradablemente en los posos mientras van cayendo las gotas de agua. Como le corresponde, quizá, a alguien a quien no le gusta el teatro y que preferiría quedarse en casa leyendo el texto del que emergen los actores con botas, las cartas en una bandeja y las mujeres bellas asomadas a la ventana contemplando los árboles y las fábricas pintados en el telón.
De "Noches insomnes"
No hay comentarios:
Publicar un comentario