"Nosotros somos en este preciso instante."
Yacemos sobre un fuego blanco
merced a un amor de repuesto.
Andamos a la caza de una continuación.
Cerca retumba la lavadora
de los tenores wagnerianos.
Se arremolina el coro de la espuma.
Durante el prelavado,
blancos calcetines angelicales.
Sedas nebulosas de la ropa blanca.
Hechos tejidos en lino.
Intrigan las ambiciosas energías del sol.
Los ahorradores molinos de don Quijote.
Los amorosos reactores nucleares.
Por parte de madre, nuestro país
pertenece al Este.
Sobre las llanuras, el áspero
paño de los uniformes.
Un salón en la periferia.
De nuestro padre heredamos Europa
y el pacto cosmético.
El planchado de las arrugas.
Nos hallamos a la altura de Sócrates.
Cruzamos a nado en pos de Ajmátova.
Nos dejan atrás los esquiadores
de la glacial pieza en un solo acto.
El contrabajo pulsa con fuerza su cuerda.
Acomete un tierno tono.
"Ellos ya fueron.
Nosotros somos en este preciso instante.
Vosotros apenas estáis empezando a ser."
Dios nos entrega el mal desde un cajero automático.
Se balancea la naranja de Newton.
De sabor ligeramente agrio.
De "La naranja de Newton"
No hay comentarios:
Publicar un comentario