Últimamente han pasado cosas reales. Durante una temporada nos sentimos ricos y luego ya no. Durante una temporada creímos que el tiempo era dinero, que si encontrabas el tiempo también encontrabas el dinero. Podías ganar dinero, por ejemplo, volando en el Concorde. Moviéndote deprisa. Alquilar una suite grande, los teléfonos multilínea, pedir servicio de habitaciones por una línea, pedir al aparcacoches por la otra, servicio Premium, salida las nueve y volver a la una. Descargar todos los datos. Abrir enlace con Praga, poner unas cuantas conferencias. Vender Allied Signal, comprar Cypress Minerals, hacer las jugadas directivas necesarias. Enchufarse a este ciclo de noticias, ir directamente a los teletipos, concentrarse en dejar fuera el ruido. "Pásame audio -estaba diciendo siempre alguien en aquel estado enchufado nuestro-. Esta historia la está moviendo Agence Presse." En alguna parte del estado enchufado estábamos perdiendo cargamento. En alguna parte del estado enchufado estábamos perdiendo infraestructura, perdiendo sistemas redundantes, perdiendo gravedad específica. Por entonces la ingravidez parecía el modo más seguro. Por entonces la ingravidez parecía el modo en el que podíamos derrotar simultáneamente al reloj y a sus efectos, pero ahora veo que no lo era. Ahora veo que el reloj estaba haciendo tictac. Ahora veo que no estábamos experimentando ingravidez sino el interesante fenómeno que en la página 1.513 del Manual Médico Merck (15.ª edición) se denomina depresión reactiva sostenida, una reacción de dolor emocional al hecho de abandonar un entorno familiar. Y ahora veo que el entorno que estábamos abandonando era la sensación de ser ricos. Ahora veo que el Fondo de Cancelaciones no va a venir a liquidar esta quiebra por impago, pero entonces no lo veía.
Principio de "Su último deseo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario