5.9.21

Eila Kivikkaho. Recuerdo

Las palabras no podían mover montañas,
las palabras no servían siquiera para abrir mi puerta.

Pero cuando te fuiste
las salvé metiéndolas en el calor
como pajarillos desvanecidos al golpearse contra la ventana.

Y nunca se cansan de cantar.
Y siempre las estoy escuchando.


[Niityltä pois, 1951]



En la antología de "Poesía nórdica"
          

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