5.2.20

Marianne Moore. El nautilo

Para autoridades de afanes
moldeados por mercenarios?
Para escritores que entrampa
la fama de los salones
o las ventajas de un pase?
No para ellos el nautilo
su fina concha vítrea levanta.
 
Dispensando un perecedero
recuerdo de esperanza, blanco
mate por fuera y suavizados
los ángulos de la cara
interna brillante como el mar,
su artífice vigilante
la guarda día y noche; apenas come
 
hasta ver los huevos empollados.
Óctuplo-enterrada en sus ocho
brazos, porque en cierto modo
es un pez-diablo, su vítrea carga
acunada en vellón de morueco
yace oculta pero intacta.
Como Hércules, mordido por
 
un cangrejo fiel a la hidra,
no pudo acabar su empresa,
los huevos, solícitamente
velados, al dejar la concha
la sueltan al soltarse ellos,
dejando sus grietas de nido
de avispa, blanco sobre blanco,
 
y sus finos pliegues de jitón
(como el trazado de la crin
de un caballo del Partenón),
a cuyo alrededor los brazos
se arrollaron, porque el amor
es la única fortaleza
en la que confiar se puede.
 
[What Are Years, 1941]


En una selección de poemas
en el libro "Poesía norteamericana 1900-1950"
   

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