II
(1928)
Para ti no tengo canto...
Solo el temblor
de la voz que quería cantar; el sonido de la fuerte
voz al quebrarse.
Extraña parece en mi mano
la pluma, y la tuya quebrada.
Hay tinta y lágrimas en la hoja; solo han hablado
las lágrimas.
De "Cazador, y tu presa?", 1939
en una "Antología poética"
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