28.3.20

Erica Jong sobre Virginia Woolf

Pero siempre debemos recordar que la lucha no es más que un primer paso. Como señala Virginia Woolf en Una habitación propia, muchos libros escritos por mujeres tienen un fallo primordial, causado por la ira y el rencor. La ira abre las puertas hacia el espíritu pero, después, el espíritu debe alimentarse. Esto no es fácil porque las mujeres escritoras tienden a ser condenadas hagan lo que hagan. Si somos dulces y tiernas, se nos condena por no tener suficiente "fuerza" (por no tener sangre y agallas) y si expresamos nuestra rabia se nos califica de "castradoras", amazonas, carentes de ternura. Es un verdadero dilema. 



De "Sangre y agallas: una mujer escritora a finales del siglo XX"

En el libro "Qué queremos las mujeres?"

    

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