Una primavera inocente
tu voz significaba para mí
menos que unas ruedas girando
en una calle lejana.
Tu nombre, quizás pronunciado,
no dirigía ningún coro
de batutas
improvisadas
para aplastarse contra mi
pecho vacío.
Aquella primavera fría
se hizo más corta por
tu verano, atrevido, impaciente
y completamente olvidado
excepto cuando el silencio
gira la llave
en mi dormitorio a medianoche
y se queda a dormir sobre
tu almohada.
De "Ojalá mis alas vayan a encajarme bien"
En "Poesía completa"
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