Aunque el primer gran día de fiesta religiosa, el Rosh Hashanah o día del Año Nuevo, no fuese de alegría como el de los cristianos, estrenábamos, tal como ellos, ropa nueva. El Sr. Heim explicaba que ese día cada cual tenía que someterse a un examen de conciencia en cuanto a la vida que había llevado el año anterior, reconocer las faltas que había cometido y tomar la resolución de proceder mejor en el año que comenzaba.
De "El mundo en que viví"
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