"Hasta que esparzan el polvo de mis huesos sobre tu cara", amenazó la Mistral a su amante infiel. No le esparcieron su polvo sobre la cara. Ella se hizo famosa y la amortajaron en un panteón porque un revisor de tren que diariamente le vendía el billete a una pequeña maestra de escuela, la engañó. "Desesperación". Poemas desesperados. Él murió joven, se suicidó por otra. Gabriela, muy vieja. Jamás lo olvidó, a pesar de que al final le fallaba la memoria.
De "El segundo paraíso"
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