11.3.21

Linda Boström Knausgård. Bienvenidos a América

Hace ya tiempo que dejé de hablar. Todos se han acostumbrado. Mi madre, mi hermano... Mi padre está muerto, así que no sé qué diría. Quizá que es la herencia. En mi familia esa herencia causa estragos. Implacable. Con los descendientes directos. Tal vez yo llevaba dentro el silencio desde siempre. Antes decía cosas que no eran verdad. Decía que el sol brillaba cuando estaba lloviendo; que las gachas de avena eran de color verde igual que un campo de césped y que sabían a tierra. Decía que el colegio era como adentrarse a diario en la negrura absoluta; como mantenerse agarrado a una barandilla hasta que acabara el día. Qué hacía yo después del colegio? No jugaba con mi hermano, porque él se encerraba en su cuarto con la música. Claveteaba la puerta todo alrededor. Orinaba en botellas que tenía preparadas. Justo para ese fin.
El silencio no marca ninguna diferencia. No creáis que es así. No creáis que el sol sale por la mañana, porque son cosas de las que no podemos estar seguros. No utilizo el cuaderno que me dio mi madre. Por si tienes que comunicarte, me dijo. El cuaderno es una suerte de concesión. Ella aceptaba mi silencio. Y a mí me dejaban en paz. Seguro que se me pasaría. Quizá se me pasaría.


Principio de "Bienvenidos a América"
    

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