4.3.21

Sharon Olds. La hora después

La hora después, cuando nos miramos y dormimos
y nos miramos, parece la hora central
de mi vida - la dicha antes de que se vuelva
demasiado enorme para sacarla
al mundo. A veces nos decimos
cosas: quiero entrar
en tus ojos, y habitarlos. Anoche, tuviste
los ojos abiertos, ya dormido, para que yo pudiera
nadar y nadar, me siento todavía plena, en esa
circunnavegación. Te agradezco
por las semillas, sonreímos, me honra recibirlas.
Amo para que me conozcas, susurro,
ver ese conocimiento profundo en tu mirada.
Cada vez que abrimos los ojos
estamos casados, todo el tiempo que dormitamos
estamos casados - y cada minuto del día
alejados, estamos casados como si pudiera demostrarse físicamente.
En el primer momento de conocernos,
yo había dicho, repentinamente, arrodillándome entre
tus piernas, y alzando la mirada, un instante,
Es como el cariño! Es muy parecido
al cariño extremo! Y sonreíste y te reíste
suavemente. Quién sabe cómo es,
el juego del amor, el juego previo, el juego de las miradas,
el juego de dormir, y el juego fundamental como un trabajo
precioso. Es como hacer algo-
hacer visible y audible lo que está
ahí. Gritamos, cantamos,
y después por una hora está ahí en la habitación,
la canción. Te miro a los ojos como si hubiera estado
separada de ti por un tiempo largo
o fuera a estar separada de ti por un tiempo sin fin.


De "La habitación sin barrer"

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