Contemplé las pirámides sin ti, hermano queridísimo, y por ti
cuanto pude lo hice. Dolorosa he vertido allí mis lágrimas
y este lamento grabo, recordatorio nuestro.
Así el nombre de Décimo Genciano, pontífice, oh Trajano,
compañero en tus triunfos, que por seis lustros fuera
cónsul y censor, sobre la alta pirámide habrá de subsistir.
En "Grecorromanas.
Lírica superviviente de la Antigüedad clásica"
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