Los libros no debían emplearse como llaves, debían existir por su cuenta o a lo sumo servir de indicadores. Lo mejor que habían hecho era enseñarle a mirar y a pensar por sí misma. Pero quedarse con ellos en suelo seguro era un error. Estaba sola.
De "La canción del jardín"
En "La intemporalidad perdida"
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