Lo cierto es que esos versos de Eliot, ya materializados o no, acudieron a su mente mientras el portero del hotel la ayudaba a acomodarse en el asiento trasero del taxi: "En la hora violeta, cuando los ojos y la espalda / se alzan del escritorio, cuando el motor humano / aguarda como un taxi palpitando en la espera"*. Acaso era ella como el personaje del poema? Una Tiresias ciega palpitando entre dos vidas? Por qué no había podido ver la vida que había construido con Billy tal y como era en realidad? Violet suspiró.
* Los versos son de "La tierra baldía" de T. S. Eliot
De "La hora violeta"
uno de los relatos de "Bola ocho"
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