31.3.22

Sara F. Costa. No podemos ser el mismo

porque tenemos que renovar
nuestros escaparates interiores
a cada nueva estación.
escogí el tono de terciopelo típico del verano,
alargué las calles para facilitar
la fuga del sol.
Los últimos años fueron tardes azules
zambullidas en mares dorados,
éxtasis de saudade compartida
con otros expositores perdidos.
nos movemos hacia la capital europea
en forma de epopeya
no podemos ser los mismos
presuntuosos, pálidos, ardidos,
año tras año,
porque traemos un feto escarlata
en la agonía del habla
que ofrecemos 
a las floristas indiferentes
al crecimiento de los inmuebles.
no nos podemos vender siempre
porque el poder en venta varía, 
oscila como el camino,
sofoca lentamente la creación.
al final todo lo que podemos exponer
es la fractura.


En "Sombras de porcelana brava.
Diecisiete poetas portuguesas"
    

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