16.5.22

Adrienne Rich. Fundamento primordial

Pero él quería más que eso. Era compasión lo que ansiaba,
 ser reafirmado en su genialidad, antes que nada,
y después introducido en el círculo de la vida,
 arropado y confortado, que se le devolviera el sentido,
 que se hiciera fértil su esterilidad, y que todos los cuartos 
de la casa se llenaran de vida...
Virginia Woolf, Al faro


Y así es como vives: una mujer, hijos
te protegen del abismo
que bordeas, pones las noticias,
comes tu Acción de Gracias con sus dientes de calabaza,
bebes el último vino
de la bodega de tu boda
   
Todo parece lo bastante inocente, este pecado
del casamiento: tú, tu esposa, tus hijos
inclinados sobre platos aún vacíos,
pasándoos la sal
a lo largo de un mantel planchado por una mujer
con piernas doloridas
Ahora salen a jugar
al áspero, severo aire de noviembre
que huele a humo de hulla, al río,
a pastel de boniato chamuscado.
   
La sensualidad se deseca en palabras:
riesgos del transporte marítimo, riesgos del glaciar
nunca asumidos
La protección es el genio de tu hogar,
la presión de la plancha a vapor
alisa de nuevo la ropa blanca,
las castañas hechas puré con esmero son deglutidas cumplidamente,
en cada cuarto el mobiliario te refleja 
imponente o menguante
   
El vacío 
empujado como una pila de cartas a lo más 
recóndito de un cajón 
Pero hay algo más
la hermana gemela de tu esposa, ya sin habla,
agoniza en la casa
Tu esposa y tú os turnáis 
para subirle las bandejas,
para comprender su caso, para intentar hacerla comprender.


1972


De "Sumergirse en el naufragio"
        

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