Érase una vez un hombre que moraba junto a un camposanto.
Pero no, no siempre fue un hombre; en este caso en concreto, se trataba de una mujer. Érase una vez una mujer que moraba junto a un camposanto.
Aunque, francamente, hoy en día nadie usa ese término. Ahora se llama "cementerio". Y ya nadie dice "moraba". En otras palabras:
Había una vez una mujer que vivía junto a un cementerio. Todas las mañanas, al levantarse, miraba por la ventana trasera y veía...
La verdad es que no. Había una mujer que vivía junto... -no, en- una librería de segunda mano.
Principio del relato "La historia universal"
En el libro del mismo título
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