27.7.22

Olivia Manning. La gran fortuna

En algún lugar cerca de Venecia, Guy empezó a charlar con un hombre mayor de aspecto aburrido; era un refugiado alemán que viajaba a Trieste. Guy no paraba de hacerle preguntas. El refugiado se las contestaba de muy buena gana y ninguno de los dos parecía darse cuenta de las muchas veces en que el tren se detenía en una nueva estación. La guerra acababa de empezar, y en medio de la confusión general, el tren se detenía aproximadamente cada veinte minutos. Harriet miró por la ventanilla y vio unas vigas -más oscuras que la luz crepuscular- que sostenían los raíles de otra vía situada en un nivel superior.


Principio de "La gran fortuna"
    

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