Verás. Los árboles de esta historia empiezan a agitarse, tiemblan, se recolocan. Soplan unas ráfagas de brisa marina y se diría que los árboles, por su inquietud, por la impaciencia con la que mueven la copa, sepan que va a pasar algo.
Principio de "La primera mano que sostuvo la mía"
No hay comentarios:
Publicar un comentario