4.5.23

Maria Judite de Carvalho. Los armarios vacíos

Fue un día de primavera que empezó y terminó como todos los demás, al menos en apariencia, diría ella, o más bien lo pensaría, era lo más natural; siempre fue de pocas palabras. Decía lo estrictamente necesario, concentrándolo en lo mínimo imprescindible, o bien empezaba a decir lo necesario y enseguida se cansaba, se detenía a medio camino, pareciera que de pronto reparara en que no merecía la pena continuar, en que era un esfuerzo inútil. Entonces se quedaba callada, inexpresiva, vacilante en el borde de las reticencias como alguien a la orilla del agua en invierno; en esos instantes el brillo de su mirada se apagaba, era como si un papel secante lo hubiera absorbido, quizá aún sea así, no lo sé, no he vuelto a verla.


Principio de "Los armarios vacíos"
    

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