20.6.23

Marina Tsvietáieva. En el caballo rojo (fragmento)

No era la Musa, no era la Musa 
quien en mi pobre cuna
me cantaba y llevaba de la mano. 
No era la Musa quien calentaba mis frías manos,
ni mis ardientes párpados refrescaba. 
Quien retiraba mis rizos de la frente, no era la Musa.
Quien me llevaba a grandes campos, no era la Musa. 

Ni la Musa, ni las trenzas negras, ni los collares, 
ni las fábulas, solo dos alas doradas, 
cortas, sobre las arqueadas cejas. 
Busto acorazado. 
Penacho. 
No se inclinaba a los labios, 
ni bendecía mi sueño. 
No lloraba conmigo
por la muñeca rota. 
Liberó a todos mis pájaros
y después, sin picar las espuelas, 
en un caballo rojo cruzó las montañas azules
de rugientes glaciares.


De "En el caballo rojo"
En "Poemas"
    

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