Mrs. McGillicuddy corría desalentada por el andén tras el mozo que le llevaba la maleta. Era baja y gruesa, y el mozo alto y de paso largo. McGillicuddy iba cargada con gran cantidad de paquetes, consecuencia de un día de compras en la proximidad de la Navidad. La carrera resultaba por lo tanto desigual, y el mozo dobló la esquina al final del andén cuando a Mrs. McGillicuddy le faltaba aún un trecho para alcanzarle en línea recta.
Principio de "El tren de las 4.50"
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