tengo dos felicidades que alimentar
y si no las alimento las tengo que estrangular
y si las estrangulo tengo que saltar del puente
al seco lecho del río clavarme hasta el cuello
llorar lágrimas dulces y esperar a que inunde
el río de la felicidad
el lecho ya cubierto de hierba
En "Luz que fue sombra"
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