y todo. De ahí que las mejores sean
esas historias que terminan
con el exterminio del universo inmediatamente después
del primer sexo. Porque quién,
habiendo encontrado a la persona por la que sería capaz
de dejarlo todo, no empieza a toda prisa
a acumular perros sin dueño,
antiguas pilas bautismales y países
divididos. Que las aguas bajo tu amplio lecho
te lleven a buen puerto es lo que él
le desea a ella al final, y ella a él
que las expresionistas locales
sigan mirando su propia tristeza
fingiendo que lo miran a él.
Es decir, nada nuevo.
Pero resulta que cuando sus sombras resuenan en la pared,
la hierba se levanta de la hierba y el mar se levanta del mar.
De "Luz que fue sombra"
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