Imagina que deseas algo desde que tienes uso de razón. Imagina el anhelo de un lugar, un estado de ánimo o una situación que se va fraguando en esos primeros años y te encamina -consciente o inconscientemente- hacia la conquista de ese lugar, de ese estado de ánimo o de esa situación, porque, como decía siempre mi difunto padre, si de verdad deseas algo, has de visualizarlo y acogerlo en tu vida.
Principio del prólogo a "George. Mi amistad con una urraca"
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