en el aire, apenas tibio, polvo y alquitrán.
Duermo todo el día, todo el día río, sin duda
me estoy recuperando del invierno.
Me dirijo a casa sin prisas:
sin ninguna pena por los versos no escritos!
El golpeteo de las ruedas y las almendras fritas,
me son más queridos que todas las cuartetas.
Tengo la cabeza vacía! Una delicia!
Porque el corazón -está demasiado lleno.
Mis días son como pequeñas olas,
que contemplo desde lo alto del puente.
Unas miradas demasiado dulces
en un aire dulce ligeramente cálido...
Apenas me he recuperado del invierno,
y del verano ya he enfermado.
13 de marzo de 1915
De "La amiga"
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