Y dijo Dios: "Toma ahora a tu hijo,
el único que tienes, al que tanto amas,
Isaac, y ve a la región de Moriah. Allí
lo ofrecerás en holocausto en un monte
que yo te indicaré".
Pues qué habrá hecho Isaac?,
dígame, padre catequista.
Quizá rompió con su pelota el cristal del vecino?
Quizá rasgó sus pantalones nuevos
al saltar la tapia?
Tal vez robaba lápices?
Espantada gallinas?
Soplaba en los exámenes?
Que los adultos
duerman su estúpido sueño,
yo esta noche
debo pasarla en vela.
Esta noche calla,
pero calla contra mí
y es negra
como el fervor de Abraham.
Dónde me ocultaré
cuando el bíblico ojos divino
se pose sobre mí
como se posó sobre Isaac?
Dios puede revivir, si quiere,
historias antiguas.
Por eso me oculto entre las mantas,
congelada de miedo.
Al poco tiempo, algo
blanqueará la ventana,
un pájaro o el viento
susurrará por mi cuarto.
Pero no hay pájaros
con alas tan grandes,
ni viento
con un camisón largo.
Dios fingirá
que entró volando sin querer,
que no, que para nada es aquí,
y luego se llevará a papá
a la cocina para conspirar,
con una gran trompa le soplará en el oído.
Y cuando mañana, apenas amanezca,
papá me lleve consigo,
iré, iré
negra de odio.
En ninguna bondad, en ningún amor
voy a creer,
más indefensa
que las hojas de noviembre.
Ni a confiar,
en nada vale la pena confiar.
Ni voy a amar,
a llevar el corazón vivo en el pecho.
Cuando suceda lo que ha de suceder,
cuando suceda,
me latirá un hongo seco
en lugar del corazón.
Y Dios espera,
y desde un balcón de nubes mira
si la hoguera prende
bien, uniformemente,
pero va a ver
cómo se muere a despecho,
pues voy a morir,
no dejaré que me salve!
Desde esa noche,
peor que una pesadilla,
desde esa noche,
de espantosa soledad,
comenzaría Dios,
poco a poco,
día a día,
la mudanza
de lo literal
a lo figurado.
De "Llamando al Yeti"
En "Poesía completa"
No hay comentarios:
Publicar un comentario