el viento de los días ha quebrado sus rayos;
donde estuvo la llama, donde estuvo el destino
allí donde estuvimos, allí donde nos dimos
con fuerza la mano
nuestro sol, cuyo ardor fue pensamiento,
la órbita en que gira el ser incomparable
el segundo cielo de un alma dividida
doble exilio donde el doble se funde
te parece un lugar de temor y ceniza,
tu mirada no lo ha reconocido
el astro encantado que hacía inalcanzable
el instante extremo de nuestro abrazo
a lo desconocido.
Pero el futuro en que vivir esperas
es menos presente que el bien ya ido.
Toda la vendimia que te conceda
no la podrás beber sin embriagarte
del vino perdido.
He reencontrado al fin lo celeste y salvaje,
paraíso donde el ansia es deseo.
El excelso pasado que de año en año crece
es mi cuerpo y será lo que herede
cuando haya muerto.
Cuando en un cuerpo tome mi deleite olvidado,
donde estuvo tu nombre, forma de corazón
viviré de nuevo nuestro gran día,
y este amor que yo te había dado
para el dolor.
De "El doble exilio"
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