el viejo arce en el arroyo, ese que dañó un rayo,
me ha dado el soplo... el verano llegó a su fin.
Querida Marcia: los rostros de chicas mutiladas
yacen en las calles de Ann Arbor.
Qué rostro me es querido? Oh, mundo; oh, galaxia
mi error es buscar sentido en un sol
que brilla por brillar. Te quiero, manzano.
Querida Abigail, última respuesta seria y estructurada a mi alma:
mis brazos son inútiles. En la cámara oscura y ovoidal
no alcancé a otro sino a Dios, quien no podía revelarse
a la hierba, a los granos de arena,
ni recordar que lo que había soñado era real.
Querida madre y hermanas y hermanos, queridas sobrinas:
proclamad todos al unísono y en voz alta
que el verano ha terminado. En los rastros
de estrellas rotas es tarde para treguas y guerras.
Debéis bajar la larga escalera
hasta el fardo de ascuas negras del cielo;
oh, amor; oh, deseo; oh mundo como era antes.
De "Topografía y otros poemas"
En "Bayas púrpuras"
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