tu tristeza es una piel fría y picante
la acarició con el cepillo de dientes
o con mis uñas cortadas en carne
y si a veces beso tus ojos desde la distancia
lo hago para no dejar a un suicida que suba a los cielos
tu ausencia sobre la mía es un amor sufrido golpeado
los insectos hacen lo mismo ala sobre ala
los pájaros igual en los tejados
tú eres lanza de la tristeza que corta incluso mi camisa de acero
respiro con dificultad cuando te miro desde lejos
me hace falta una máscara de oxígeno o al menos una gasa con éter
para vivir para no vivir más
como si no fuera lo mismo
no hay nada más doloroso que tus ojos perdidos en un lugar de
nadie
no sé qué hacer entonces
cómo evitar ser el objeto de misericordia de cualquiera
(lo que acabo de escribir cualquier persona podría escribirlo sobre otro)
cuerpo a cuerpo
alma con alma
hay algo aquí que ha dejado de funcionar humanamente.
En "Sombras, incendios y desvanes.
Diecisiete poetas rumanas (1961-1980)"
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