desde aquí no se ve. Nada evidente.
Tú no sabes, pero hay surcos
ajenos a la luz de los ojos.
Bendigo tu no comprender,
la inocencia con la que te detienes
un poco antes del dolor,
tu instinto de zafarte.
No preguntes: no tengo sintagmas
con que adornar la realidad de las cosas.
No tengo perífrasis para salvarme.
La huella del pasaje: no la ves
porque mi senda es demasiado
estrecha para caber los dos.
En "Sombra escrita. Diecisiete poetas italianas (1970-1995)"
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