Durante los últimos años, me he visto con frecuencia sumergida en las aguas remansadas del pasado. Buceando hasta un fondo submarino, emergen, encadenados, rostros, paisajes, luces y sombras, olores y colores, sonidos, voces, músicas, sentimientos e ideas.
La memoria, como un buen arquitecto, ordena los hallazgos para reconstruir un todo armónico. En el fondo siempre quedan materiales preciosos. Misteriosas claves que nunca recuperaremos. Sin embargo, la memoria ha hecho el milagro. Ante nosotros, a saltos, a fragmentos, aparecen, fulgurantes o grises, los días del pasado. En un orden marcado por las huellas que han dejado personas y lugares, momentos históricos vividos, a veces sin saberlo, con pasión o tristeza, con rabia o entusiasmo.
Del prólogo de "En la distancia"
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