9.10.25

Louise Glück. Albada

Había un verano
que volvía muchas veces
había una flor que al abrirse
adoptaba muchas formas
   
El carmesí de la monarda, el oro pálido de las últimas rosas
   
Había un amor
Había un amor, había muchas noches
   
El olor de la celinda 
Los pasillos de jazmines y azucenas
El viento seguía soplando
   
Había muchos inviernos pero cerré los ojos
El aire frío, blanco de alas deshechas 
   
Había un jardín al fundirse la nieve
Azul y blanco; no era capaz de distinguir
entre mi soledad y el amor...
   
Había un amor; eran muchas sus voces
Había un amanecer; a veces
lo mirábamos juntos
   
Estuve aquí 
Estuve aquí 
   
Había un verano que volvía una y otra vez
había un amanecer
me hice vieja mirándolo



De "Las siete edades"
    

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