con la mano extendida pidiendo una limosna.
No te vayas,
que me quedaré ciego,
me moriré en el acto en que pases la línea
tan sutil como el hilo
que tejió la araña.
Estoy dispuesto a amar lo que tú ames.
Si te vas, te llevarás contigo
el pequeño secreto
con que cada minuto es soportado,
vagaré por indecisiones trascendentales,
y las cosas diarias
se dispondrán tan arbitrariamente como en sueños,
desordenadas y sin lógica.
Tu tarea,
aunque no quieras tú, no ha terminado.
De "Tarot"
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