se erguía junto a la iglesia cuando entraron al crepúsculo.
Al salir a la oscuridad caía la nieve.
El abeto se encendió en la negrura
de la noche: una dama de varias manos enguantadas de blanco
que manoseaba titilantes rosarios de luz.
De "Partícula y llama. Antología poética"
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