que volvía muchas veces
había una flor que al abrirse
adoptaba muchas formas
El carmesí de la monarda, el oro pálido de las últimas rosas
Había un amor
Había un amor, había muchas noches
El olor de la celinda
Los pasillos de jazmines y azucenas
El viento seguía soplando
Había muchos inviernos pero cerré los ojos
El aire frío, blanco de alas deshechas
Había un jardín al fundirse la nieve
Azul y blanco; no era capaz de distinguir
entre mi soledad y el amor...
Había un amor; eran muchas sus voces
Había un amanecer; a veces
lo mirábamos juntos
Estuve aquí
Estuve aquí
Había un verano que volvía una y otra vez
había un amanecer
me hice vieja mirándolo
De "Las siete edades"