- Porque quería que así fuera. ¿No te parece bastante?
- Si, es bastante. Pero si llegara el día en que no lo quisieras, ¿Qué haría? Supón que un día te llevaras nuesta felicidad, mientras yo estuviese distraida...
- ¿Perdiendo la mía? ¿Crees que soy tan insensato?
- No estoy acostumbrada a la felicidad. Me da miedo.
- No tengas miedo jamás. Y si lo tienes, no se lo digas a nadie.
Diálogo del "Ancho mar de los sargazos"
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