Me gustaría desearle suerte. En tiempos de mi bisabuelo había un librero en High street quien, al parecer, tumbó a un cliente con un libro cuando éste se puso pesado. Se había producido algún retraso en la llegada de la última parte de una nueva novela, creo que era Dombey y hijo. Desde ese día hasta hoy, nadie ha tenido el valor suficiente para vender libros en Hardborough. Usted nos está haciendo un honor. Visitaría su tienda sin ninguna duda si saliera alguna vez, pero últimamente he decidido no hacerlo; en cualquier caso, estaré encantado de hacerme socio de su biblioteca.
Atentamente suyo,
Edmund Brundish."
Fragmento de "La librería"
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