Cuando alguien muere
cambian sus retratos.
Miran de otro modo sus ojos, y sus labios
sonríen con distinta sonrisa.
Me di cuenta al volver
del funeral de un poeta.
Lo he observado a menudo desde entonces,
he confirmado mi hipótesis.
cambian sus retratos.
Miran de otro modo sus ojos, y sus labios
sonríen con distinta sonrisa.
Me di cuenta al volver
del funeral de un poeta.
Lo he observado a menudo desde entonces,
he confirmado mi hipótesis.
(1940)
De "El canto y la ceniza"
No hay comentarios:
Publicar un comentario