Te lo dije anoche, que quizás me marche algún día, y tú preguntaste adónde y yo dije, a la casa del Señor, y tú dijiste, por qué, y yo dije, porque soy viejo, y tú dijiste, a mí no me pareces viejo. Y pusiste tu mano en mi mano y dijiste, no eres muy viejo, como si con eso quedase zanjada la cuestión.
Principio de "Gilead"
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